Desigualdad en remojo: las piscinas alicantinas, entre el lujo y la sequía
Alicante es la segunda provincia española con más piscinas por persona. En cambio, la provincia cuenta con un 95% de municipios que no superan la renta neta media española
Por Sara Aguilera, Moritz Dellafior y Paul Stanciu
La familia Rico Aguilera, reunida al lado de la piscina comunitario de su edificio | Foto: Sara Aguilera
Los Rico Aguilera son una familia de cuatro personas que residen en una urbanización del polígono de San Blas, en Alicante. En su comunidad, prácticamente cada vivienda cuenta con una piscina, desde pequeñas piscinas inflables en los patios traseros hasta elegantes piscinas comunitarias rodeadas de jardines bien cuidados, en total, desde las ventanas de su noveno piso contabilizan ni más ni menos que 14 piscinas.
Casi podría parecer que hay más piscinas que edificios en la ciudad. Y no es casualidad porque la provincia alicantina es la segunda a nivel nacional con más piscinas por persona, en concreto 6,58 piscinas por cada 100 habitantes. Por delante de ella solo se encuentra Guadalajara con 7,1 piscinas por cada 100. Para los Rico Aguilera, como para muchos otros residentes de la provincia, la piscina es mucho más que un simple lugar para nadar: es un punto central de reunión familiar, un refugio tranquilo en los días calurosos de verano y un símbolo de la calidad de vida que disfrutan en esta región costera.
Alicante sigue así una tendencia clara. Las provincias del sur de Madrid suelen tener casi el doble de piscinas por habitante que las del norte o al mismo nivel que la capital. De hecho, de las 15 provincias con más piscinas por habitante, nueve lindan con las cristalinas aguas del Mediterráneo.
En Alicante hay municipios que rivalizan con ciudades con una población significativamente mayor en términos absolutos. Jávea, Elche y Orihuela ocupan el sexto, séptimo y noveno lugar entre el listado de los municipios con más piscinas. Aunque, dada su población, solo Elche figura entre las 90 mayores ciudades de España, las tres compiten con ciudades como Palma, Málaga, Madrid y Córdoba. A su vez, Alicante es la única provincia española que contiene tres municipios en el listado de los diez con más piscinas.
La ciudad alicantina Teulada tiene más piscinas por persona que cualquier otra ciudad española con más de 10.000 habitantes | Fuente: Google Earth
Pero la provincia también se lleva la corona en términos relativos. En el caso de las ciudades de más de 10.000 habitantes, Alicante domina el ranking. En esta ocasión hay incluso cuatro localidades alicantinas que encabezan el listado. Rojales, Teulada, Jávea y Benissa, por este orden, ocupan los cuatro primeros puestos de las ciudades con más piscinas por cada 100 habitantes, dejando muy atrás a la competencia. Jorge Olcina, geógrafo y Catedrático de Análisis Geográfico Regional, asegura que estas tendencias se deben a la política local, ya que “Alicante, durante muchos años, fue la provincia que más licencias de obra en España, cedía. Por encima, a veces, de Madrid o de Barcelona”. Según el experto “se apostó decididamente hace unas décadas por el turismo residencial”.
Al mismo tiempo, sin embargo, se observa una disparidad entre los municipios del norte de la provincia y los del resto del territorio provincial. La Marina Alta, con sus 36 municipios, alberga casi seis veces más piscinas que la media española y también supera por 264% la media en el resto de las comarcas alicantinas. “Curiosamente la zona de la provincia donde más llueve es la Marina Alta. Es la que más riesgo de sequía tiene porque no tiene un sistema mancomunado de gestión así como la Marina Baja o la comarca de la Vega Baja”, relata el geógrafo alicantino.
Sin embargo, es erróneo suponer que Alicante tendría por ello más riqueza que otras provincias. En este caso se abre un panorama opuesto. El 81.5% de los municipios alicantinos con más de 10.000 habitantes se encuentra por encima de la media española de 2,85 piscinas por cada 100 habitantes. Por otro lado, el 95% se sitúan por debajo de la renta neta media de 12.493 €. Los cuatro municipios mencionados con más piscinas per cápita están todos como media casi un 20% por debajo de la media española de renta. Rojales está incluso entre el dos por ciento de los municipios más pobres de España, pero al mismo tiempo es el cuarto municipio de más de 10.000 habitantes con más piscinas. En otras palabras y según los datos del Instituto Nacional de Estadística y el Catastro, los alicantinos son más pobres, pero tienen más piscinas que una persona española media.
No obstante, esta conclusión solo ofrece una parte de la verdad. Porque en la provincia de Alicante, más que en casi ninguna otra provincia, la gran riqueza choca con la pobreza. Esto ya se aprecia al analizar las distintas circunscripciones electorales de las diferentes ciudades.
Hay una diferencia abismal en la ciudad de Rojales. Los cuatro sectores censales de la ciudad se encuentran significativamente por debajo de la renta media española, casi todo un tercio. La zona censal 1002 alrededor de la urbanización Ciudad Quesada, es la que posee el 97,5% de las piscinas de la localidad y a la vez alberga casi el 70% de la población. En este sector uno de cada tres personas tiene su propia piscina. En el resto de los sectores censales hay algunas piscinas más, pero la renta media se mantiene. De hecho, el sector censal con más piscinas a la vez es el tercer sector con menos renta media.
El sector con la mayor renta neta media es también el segundo con más piscinas por habitante. El sector 1001 al norte de la ciudad cuenta con una piscina por cada 18 personas. Los otros dos sectores contienen menos piscinas. Una de las posibles razones puede ser la mayor densidad de población, ya que no permite construir muchas piscinas en estas áreas. La renta media, no obstante, no está significativamente por debajo de la renta media de los otros dos sectores.
El panorama es similar en Orihuela. Aunque las piscinas no están tan desigualmente distribuidas como a 24 kilómetros de distancia, en el municipio de Rojales, sigue habiendo tres sectores que superan con creces a los demás. Solo uno de estos tres figura entre los 10 sectores con más renta y además en el décimo puesto. Es el sector 5002, el único del municipio que tiene acceso al Mediterráneo. Los cuatro sectores más pobres del municipio, todos entre un 33% y un 54% por debajo de la renta media española, concentran algo más de la mitad de las piscinas de la región.
Sin embargo, si se ponen las piscinas en relación con el número de habitantes, el panorama cambia ligeramente. El sector 8001, alrededor del Monte Pilar, es el segundo con mayor número de piscinas por cada 100 habitantes y, al mismo tiempo, el cuarto con mayor renta de la capital de la Vega Baja. No obstante, las rentas más altas se encuentran también en los sectores urbanos donde no hay piscinas.
En el caso de Benissa ocurre algo similar. El sector censal 2001, el más grande de todos, contiene el 40% de la población y el 99,5% de las piscinas. También en Benissa todos los sectores están por debajo de la media española de renta y, al igual que en Rojales, el sector con más piscinas es uno en el que menos se gana. El sector del Tossal y Buenavista Cala Advocat es el penúltimo en cuanto a la renta media, pero a la vez hay 6 piscinas por cada 7 habitantes. Los demás sectores son más urbanos y más densamente poblados, por lo que solo figuran 12 piscinas entre los cinco. Con el sector 1002, uno de los sectores en el centro de la ciudad, solo hay uno que se acerca bastante más a la renta media española, todos los demás están más de un 14% por debajo de la media del país.
Jávea es la capital de las piscinas en España, ningún municipio con más de 10.000 habitantes figura tantas piscinas por cabeza. Igual como en Rojales y Benissa, todos los sectores censales se encuentran por debajo de la renta neta media española. De media, en Jávea se gana un 17% menos que en otros lugares. Al mismo tiempo, es la única ciudad en la que existe una clara tendencia entre la renta y las piscinas por cada 100 habitantes.
Los tres sectores con más piscinas; alrededor del Cap Martí, Les Planes y Rimontgó; son también los que ocupan los tres primeros puestos entre los sectores con mayor renta, aunque no en el mismo orden. Los cinco sectores con menos instalaciones de baño son en este caso también los que tienen los ingresos más bajos dentro del municipio. Los cinco últimos, de hecho, ganan de media un 35% menos que los tres primeros.
Unos kilómetros más al sur, pero aún en la Marina Alta, en el municipio de Teulada, el panorama es similar al anterior. El sector con más piscinas es el que rodea el Cap d’Or. El 93% de las instalaciones para nadar se encuentra en este sector y también es el segundo más rico, aunque esto no es muy significativo dado que solo hay cuatro sectores electorales. El segundo sector con más piscinas es a la vez el más pobre, un 24% por debajo de la renta neta media de España.
Elche es la ciudad con mejores datos. Con un total de 179 sectores de voto y más de 8.000 piscinas, la ciudad de 240 mil habitantes es una de las ciudades españolas con más piscinas. La capital del Vinalopó Bajo tiene unas características muy similares a la capital de las piscinas por persona, Jávea. En primer lugar, se observa que las piscinas están más repartidas, mientras que el casco urbano apenas cuenta con instalaciones debido a la densa población. Según Juan de Dios Navarro Caballero, Concejal de Medio Ambiente y Agua del Ayuntamiento de Elche “entorno a 14 hectómetros cúbicos anuales” se estima que son destinadas a las piscinas ilicitanas. “Es una cantidad importante, pero que para la cantidad de piscinas que hay, estamos intentando ver cómo lo podemos controlar”, menciona el edil.
En los 70 sectores con menores ingresos, solo 13 complejos de piscinas pueden reconocerse a vista de pájaro. Los 32 sectores censales de la ciudad que incluso superan la media de renta española cuentan con un total de 2.339 piscinas en sus territorios, una cuarta parte de las que existen en el municipio. También llama la atención que la mitad inferior de los sectores con ingresos más bajos de la zona posea alrededor de 520 de las piscinas. La mitad superior posee el 93% restante y gana de media alrededor de un tercio más que la mitad inferior.
No obstante, debido a la gran amplitud de las zonas electorales y a la desigual distribución de la población de estas ciudades, poco puede leerse de ello. Lo que sí muestran los datos de Catastro es que el número de piscinas aumenta cada año y que casi la mitad de las que existen hoy se construyeron en el siglo XXI. “La gente necesita lugares para garantizar su confort térmico. Los espacios con agua siempre son espacios de confort, por así decirlo y, por tanto, esa demanda va a seguir existiendo”, relata Jorge Olcina. Juan de Dios Navarro Caballero no coincide del todo con las palabras del geógrafo, y dice que “se hicieron muchísimas piscinas en los años 80, 90 y en los 2000, pero también es cierto que el tema del agua en nuestra zona es complicado y ya no tenemos esa opción”.
El llamado Índice Gini, que se utiliza para medir la distribución de la riqueza dentro de una población, es más significativo. Cuanto mayor es el Índice Gini, más desigual es la distribución de la riqueza en una comunidad.
Este análisis muestra una vez más que Alicante está muy por delante de las demás provincias, aunque no en sentido positivo. Si bien es cierto que hay otras nueve provincias con una distribución más desigual de la riqueza, las ciudades de más de 10.000 habitantes muestran una tendencia diferente. Aunque solo algo más del 5% de los municipios españoles de más de 10.000 habitantes se encuentran en Alicante, 15 de las 100 ciudades con mayor desigualdad están en territorio alicantino. Solo Madrid alcanza un valor aún mayor con 16 ciudades entre el primer centenar.
También aquí encontramos nombres ya conocidos. Jávea es la sexta ciudad más desigual de España, Teulada ocupa el noveno lugar y Rojales se encuentra en el puesto 25. Aunque en los últimos diez años se ha producido un claro descenso de la desigualdad en el conjunto del país y también en todos los municipios alicantinos con más de 10.000 habitantes, las ciudades alicantinas han tendido a ganar puestos, lo que significa que están reduciendo esta desigualdad más lentamente que otras ciudades de España. En comparación con el año anterior, Jávea solo ha conseguido la mitad de la reducción media española, Teulada únicamente una cuarta parte y Orihuela no ha conseguido ninguna reducción en absoluto.
Para Jorge Dioni existe una explicación muy clara a esta desigualdad: “Hay muchas piscinas, pero hay un índice de pobreza más alto porque la gente que tiene más dinero no está empadronada”. Y continúa señalando que “uno de los pilares económicos de la provincia de alicante se basa en el turismo, y la estructura sociolaboral de este es bastante precaria. Es decir, por ejemplo en la estructura de un hotel hay tres buenos sueldos arriba y a partir de ahí hay mucha gente currando, ganando muy poco dinero, trabajando muchas horas y a veces con contratos temporales”. Además refuerza esta idea con una segunda: “La media también sale más alta porque mucha gente no vive allí, la piscina tiene que estar en el catastro, pero probablemente el matrimonio o el señor o la señora extranjera que reside allí no estará empadronada allí”.
Sin embargo, esta desigualdad también se expresa de otras maneras. Por ejemplo, en la distribución de piscinas entre lugares públicos y privados. Alicante es la cuarta provincia de España con mayor porcentaje de piscinas privadas y, al mismo tiempo, la segunda con menos piscinas de titularidad pública. Aunque de estas cifras no se desprende con claridad cuántas instalaciones de baño pertenecen realmente a un hogar o a una comunidad vecinal, lo cierto es que para todos aquellos que carecen por completo de piscina hay relativamente pocas instalaciones públicas disponibles. Anabel Vázquez, periodista y autora del libro ‘Piscinosofía’, afirma que esta división es un “problema absoluto”, pues continua: “Las piscinas públicas están absolutamente masificadas, al igual que las playas, y luego hay parcelas enteras con piscinas vacías, piscinas que preguntas a la gente de la localidad y no son suyas, no las pueden usar. En todos los lugares donde hay masificación de segundas residencias existe este problema, al final esa agua estará no solo no usada, sino probablemente no cuidada y perjudica a una población y a la economía local por el desperdicio del agua. No digo que debamos apropiarnos de las piscinas privadas, pero debería haber un equilibrio entre la iniciativa privada y las ganas de los ayuntamientos, comunidades autónomas y gobiernos de dar acceso, construir más piscinas, ampliar horarios o facilitar precios en las públicas”
En los últimos meses, la amenaza recurrente de la sequía, en particular, ha dado lugar a medidas que prohíben rellenar las piscinas de Barcelona o Andalucía. Algunos temen que también se tomen medidas similares en Alicante. Olcina está convencido de que “el abastecimiento en un plazo corto y medio está garantizado. Lo único es el impacto paisajístico y territorial de transformación de suelo, una transformación que ya no es reversible”.
Anabel Vázquez nos ofrece una mirada más resolutiva ante este problema: “La sequía va a ser, es y será un problema que nos afectará, dejará de ser un problema teórico, no te das cuenta del impacto hasta que no ocurre. Tienen que haber, y hay procedimientos para que el agua no se desperdicie, para reciclarla, piscinas de agua natural, tratamientos del agua, organización de ríos, pozas e incluso fuentes para el baño… es decir, tenemos que poder aprovechar el agua y ser creativos, y ahí las instituciones, los gobiernos, las empresas privadas, los estudiantes… todos tenemos que ser creativos en la medida de lo posible, tienen que haber soluciones, sin gastar y desperdiciar agua”
Si se suma la superficie de las 128.297 piscinas de la provincia, se obtienen unos cinco kilómetros cuadrados. Eso equivale a casi 700 campos de fútbol, 350 veces el tamaño de la Explanada de Alicante o 1.5 veces el tamaño del lago Sanabria, el lago más grande de España. Suponiendo una profundidad media de 1,70 metros, esto equivale a unos 8,3 millones de metros cúbicos de agua. Si estas piscinas se llenaran de agua potable cada año, supondrían alrededor del 5,7% del consumo privado anual de agua de la provincia y hasta el 12% del agua almacenada actualmente en los embalses alicantinos.
Sin embargo, estas cifras no reflejan la realidad. Muchos municipios, como Elche, ya no llenan sus piscinas con agua potable, sino con agua desalada o depurada. Al mismo tiempo, con un buen mantenimiento, una piscina puede mantenerse incluso en buen estado durante 3 años sin vaciarse. “Cataluña está viviendo una situación muy excepcional seguramente porque no se ha planificado bien la gestión del agua”, relaciona Jorge Olcina y además dice que Alicante es distinto porque aquí se han instalado plantas desaladoras en municipios del litoral y eso garantiza el uso urbano del agua”.
Juan de Dios Navarro Caballero, Concejal de Medio Ambiente y Agua del Ayuntamiento de Elche, afirma que “toda la ciudad y el campo, reutiliza el 100% del agua y esta situación está siendo ejemplo en otros sitios”. Jorge Olcina encuentra palabras más claras para la posible prohibición de las piscinas ya que para el “tiene más de imagen que de efectividad. Al final estás un poco estigmatizando que la piscina es un artículo de lujo”.
Lo que queda es la desigualdad. Como el cambio climático no parece que vaya a revertirse en los próximos años, también aumentará el número de piscinas en la provincia. A medida que aumenta el calor, estas instalaciones también son importantes, como explica Oncina. “Si se quieren mantener unos estándares de desarrollo, se presentan dos vías para poder garantizar el abastecimiento, por un lado la utilización de desaladoras, la otra vía es el agua depurada”, incide Olcina. La pregunta de si la desigualdad se ajustará a medida que aumente el calor seguirá sin respuesta, lo que sí que está claro para Jorge Dioni y Anabel Vázquez es que hasta que no hayan restricciones no habrán soluciones. Hasta entonces, las personas sin piscina probablemente tendrán que seguir contemplando el agua fresca desde la distancia en verano, con gotas de sudor en la cara. Todavía tiene que pasar mucha agua por las piscinas alicantinas.
Nota metodológica